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El ERTE de fuerza mayor: una manzana envenenada

El ERTE de fuerza mayor: una manzana envenenada

Si estás en un ERTE de fuerza mayor (por coronavirus) y aún no has cobrado… te bien aseguro que es responsabilidad del SEPE

Desde que se decretó el Estado de Alarma como consecuencia de la crisis sanitaria por coronavirus, se produjo la inevitable caravana de Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (en adelante, ERTES). La cola del paro se ha trasladado a la web del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE).

Los trabajadores afectados por ERTE de fuerza mayor se cuentan por miles, al igual que por miles se cuentan las incidencias en el cobro de sus prestaciones. Muchos todavía no han cobrado, y entre los “afortunados” que han tenido la suerte de cobrar, un gran número ha cobrado de menos y otros tantos no tienen reconocida la prestación temporal de forma correcta.

Dirijo, junto a mi socia Antonia Rocha, y un magnifico equipo de personas, el despacho Rocha Paus Grupo Legal. Desde nuestras oficinas, hemos gestionado desde finales de marzo en torno a 70 ERTES.

Antes de continuar escribiendo, resulta necesario enumerar brevemente los pasos que hemos tenido que seguir los Despachos de Abogacía y Asesorías Laborales. Tras el Decreto 8/2020 han cambiado temporalmente las reglas del juego en su tramitación, a los que obligatoriamente se han visto abocadas muchas mercantiles.

Tramitación de un ERTE de fuerza mayor

En la tramitación y gestión de un ERTE por Fuerza Mayor se podrían distinguir, a nivel operativo, dos fases.

La primera de ellas es la que definiremos a los solos efectos de este artículo como la fase jurídica. En ella se engloban los actos propios realizados por un Licenciado en Derecho o en Relaciones Laborales. Por ejemplo: la comunicación a los trabajadores afectados, la confección de la Memoria Explicativa, la presentación de la Solicitud de ERTE de fuerza mayor ante la Autoridad Laboral y transcurridos los 5 días esperando el silencio positivo, la aceptación del mismo.

La segunda fase operativa comienza con la comunicación de la presentación del ERTE de fuerza mayor ante la UNIDAD PROVINCIAL DEL SEPE. Este es un trámite que genera un registro electrónico y en el que se debe cumplimentar un Excel con los datos de empresa y trabajadores. Entre otros: centro de trabajo, código de cuenta de cotización, categorías profesionales de los trabajadores afectados, NIFs, números de afiliación a la Seguridad Social, códigos postales de los domicilios de los trabajadores, representantes legales, bases reguladoras y porcentajes de jornada a reducir.

A partir de la presentación y de forma simultánea existían, y subsisten aún, dos opciones igualmente válidas. La primera consistente en presentar de forma individualizada la Comunicación de cada trabajador, vía TGSS y SEPE, a través del sistema Certifica2. Y la segunda, (vigente en Catalunya) enviando un correo habilitado de forma unitaria con los datos de l@s trabajador@s ante el Departament de Treball.  A partir de aquí se han seguido las modificaciones de contrato, nóminas, presentación de seguros sociales y otras que en nada afectan al cobro de la prestación propia de la que debiera responder el Estado.

Ante esta situación, son muchos l@s trabajador@s que se preguntan, ¿Cuándo voy a cobrar el ERTE por coronavirus?

No pretendo entrar en los fallos diarios de los sistemas informáticos ni tampoco quiero hablar de las incongruencias con las que nos hemos encontrado a diario. Presentamos la gran mayoría de ERTES de fuerza mayor antes del día 28 de marzo. Presentamos también todos los certificados individuales el día 2 de abril antes de las 23:59h. No perdimos la esperanza durante los primeros días de abril que los trabajadores de las mercantiles que representamos pudieran cobrar el mismo día 10. Sin embargo, esto no llegó a suceder en ninguno de nuestros expedientes.

Previa presentación de cada uno de los expedientes revisamos con minucia, al igual que otras muchas asesorías y despachos letrados. Todas y cada una de las celdas que debíamos rellenar en el formulario para la correcta tramitación de la prestación se repasaban varias veces; éramos y somos conscientes de la importancia de la prestación para el sostenimiento de las familias.

Entendimos, y creo que mi voz es la de muchos, el que no se abonara la prestación el pasado mes de abril. Más que nada por cuestiones de tiempo, de urgencia, y sobre todo por entender que la situación es la que es. Así que, lógicamente, hicimos un llamamiento a la calma, tanto a empresarios, como a trabajadores.

 

La respuesta del SEPE ante los retrasos e impagos a los trabajadores afectados por un ERTE

Tras casi un mes de silencio y puestas a disposición de los trabajadores las claves para acceder al estado de su prestación nos hemos venido encontrando no sólo con constantes incidencias en las prestaciones sino con e-mails respondidos por funcionarios del SEPE en el que se han dedicado a eludir cualquier responsabilidad realizando afirmaciones variadas entre las que destacan varios e-mails enviados desde distintas unidades territoriales del SEPE a trabajadoras y cuyas empresas tenían y tienen resolución expresa de aceptación de ERTE, en los que decían: “Su empresa no tiene aceptado el ERTE”. También nos han sorprendido otros tantos e-mails en los que se busca al pez que se muerde la cola, exponiendo razones como: “A día de hoy no podemos averiguar el motivo por el que no ha cobrado la prestación. Por lo tanto utilice la misma vía por la que la empresa solicitó el ERTE”.  Y junto a éstas, podríamos extendernos en combinaciones de auténtica fantasía llegando a encontrarnos con un trabajador al que supuestamente le habían dado de baja por inundaciones.

Habiendo repasado de nuevo todos y cada uno de los expedientes y de las solicitudes, no hemos hallado incidencia alguna en la tramitación. Las repasamos antes de presentarlas, durante el pasado mes de abril y ahora en mayo con cada reclamación de cada trabajador, y aún no hemos encontrado ningún error en nuestras presentaciones que impida el cobro de la prestación.

La mala praxis

Esta mala praxis que se está realizando por parte del SEPE está provocando una ansiedad generalizada del todo innecesaria. Llegó la gota que colma el vaso y de la que se hicieron eco algunos de los principales periódicos del país en los que se afirma que

según fuentes del SEPE ya se han tramitado todos los expedientes y reconocido los pagos y que los quedan pendientes se deben a errores excepcionales

Errores sí,  ¿pero de quién?

Esta difícil situación puede poner en pie de guerra al trabajador con el empresario, y a su vez al empresario con sus asesores. Si de verdad queremos mantener el empleo, deberíamos conservar la confianza y la honestidad entre trabajadores, empresarios, Instituciones y prestadores de servicios. Y esta honestidad debería de nacer del mismo SEPE, debiendo los funcionarios asumir las consecuencias no de sus fallos, sino del sistema.

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